
Francisco fue uno de los nuestros: el que puso a los de abajo en el centro, rompió muros y tendió puentes. Su muerte es parte del hilo que conecta las luchas populares de los últimos 25 años.
En una provincia con reclamos urgentes de presencia estatal, el gobierno de Pullaro impulsa un masivo endeudamiento para obras públicas, mientras gran parte de la sociedad aplaude políticas que vacían al Estado. Una paradoja que se repite y nadie parece querer ver.
Editoriales - #NuestraMirada18/05/2025
Esta semana estuve viajando por el noroeste de Santa Fe, colaborando con una encuestadora de relevancia provincial con el objetivo de evaluar la percepción de la gente sobre los medios de comunicación locales, los principales problemas de sus comunidades y la gestión de los tres niveles de gobierno.
La mayoría de las respuestas giraban en torno a lo mismo: La falta del Estado, calles sin asfalto, centros de salud sin médicos, falta de agua de red, cloacas inexistentes, poca o nula ayuda social. No era una queja aislada ni un capricho: era una demanda estructural. La ausencia del Estado es tangible, cotidiana, sangrante.
Pero la sorpresa viene al relevamiento de gestión. A pesar de estos reclamos, la mayoría de las personas valoraban positivamente al presidente Milei. De hecho, en varios lugares fue la figura con mayor porcentaje de "Muy bien" en las encuestas.
Un fenómeno que no se puede despachar con la típica superioridad moral ni con cinismo.
Hay una disociación profunda entre lo que se vive y lo que se cree.
Entre lo que se necesita y lo que se vota.
¿Cómo se explica que alguien que reclama más Estado —más obra pública, más salud, más infraestructura— apoye a un gobierno que promueve exactamente lo contrario?
Es como pedir agua mientras aplaudimos al que cierra las canillas.
Estamos atrapados en una lógica donde el sentido común está secuestrado, donde no se percibe que los problemas concretos tienen responsables políticos concretos.
En ese mismo marco aparece Pullaro, gobernador de Santa Fe, que ganó con un discurso de gestión responsable y prometió en la apertura de sesiones en la Legislatura más de 1.700 obras públicas.
El mandatario provincial dijo que lo haría con seriedad, con transparencia, sin prometer lo imposible.
Pero lo imposible se prometió igual. Porque lo que no dijo —y nadie preguntó— es cómo se financiarían esas obras.
Spoiler: no alcanza con lo que hay.
Ahora, fuera del período electoral, aparece el plan real.
El endeudamiento será en dólares por 1.150 millones.
No sólo para hacer obras nuevas, sino también para pagar viejas deudas. Algunas de ellas con cerealeras a las que se les construyeron rutas para mejorar su acceso a los puertos.
Es decir, nos endeudamos con las cerealeras para beneficiar a las cerealeras, y ahora nos endeudamos de nuevo para pagar esa deuda.
Parece un chiste, pero no tiene gracia.
Pullaro justifica el nuevo endeudamiento diciendo que Santa Fe tiene un bajo nivel de deuda. Y es cierto, porque el último que tomó deuda fue el gobierno de Lifschitz. El gobierno de Perotti —al que se le endilgan todos los males— no se endeudó en dólares.
Pero a la hora de repartir culpas, el peronismo sigue siendo el chivo expiatorio favorito responsables de todos los males de los últimos 70 años.
Mientras tanto, los que realmente se endeudan están en el poder y nadie les dice nada.
Y ahí estamos nosotros, mirando para otro lado, como si no pasara nada. Como si no se pudiera pensar dos veces lo que nos dicen, lo que prometen, lo que esconden.
Aceptando mansamente que nos digan que, lo que se llama endeudamiento, ahora se le dice "oxígeno financiero para no afectar otras partidas".
¡No era mejor no prometer lo que no podías cumplir? ¡O estaba la intención de mentir y después endeudarse?
Mientras tanto seguimos fingiendo demencia, como si las consecuencias no nos fueran a alcanzar también.
Francisco fue uno de los nuestros: el que puso a los de abajo en el centro, rompió muros y tendió puentes. Su muerte es parte del hilo que conecta las luchas populares de los últimos 25 años.
Por estas horas aparecen en redes sociales distintos análisis sobre el resultado electoral en Santa Fe y frente al triunfalismo repetitivo del gobierno provincial, se intenta bajarle el precio a la elección del gobernador con la simple ecuación de comparar votos y se llega a afirmar –casi rotundamente- que el 45% no fue a votar.
No es sólo una cuestión de egos. De quien maneja la lapicera. De cargos legislativos, o de candidaturas para 2027. Ni tierra de traiciones, y traicionados. La interna –que tanto daño le está haciendo al campo nacional y popular- es un problema claro y concreto de construcción política.
La discusión política en Argentina siempre estuvo atravesada por diferencias profundas. Pero hay una frontera que no se puede cruzar sin dinamitar la democracia.
Mientras el Gobierno nacional avanza contra derechos conquistados, el movimiento sindical santafesino -con experiencias como Ni Una Menos y la Red de Mujeres de FESTRAM- organiza la resistencia, amplía herramientas contra las violencias y denuncia la brecha salarial del 27,7% que afecta a las trabajadoras. Un debate urgente para transformar estructuras sindicales aún patriarcales
Existe una disminución en la participación de docentes santafesinos en votaciones de paro en 2025 producto de las políticas de hostigamiento y recortes salariales del gobernador Pullaro, que obligan a los maestros a dejar de lado la lucha por sus derechos.
“La historia ocurre dos veces: la primera vez como una gran tragedia y la segunda como una miserable farsa" se escribió alguna vez y no deja de tener vigencia. Para grandes temas, como para cuestiones domésticas, también.
El Gobierno de Santa Fe avanza con sus políticas represivas
El domingo 11 de mayo de 2025 se llevaron a cabo elecciones legislativas en las provincias de San Luis, Chaco, Salta y Jujuy. En todas ellas, los oficialismos provinciales lograron imponerse, consolidando su poder en las respectivas legislaturas.
Aumentos Sostenidos Impactan el Bolsillo Argentino y Desatan Críticas al Gobierno
El Gobierno impulsa un cambio radical en las indemnizaciones, tomando como antecedente un modelo que en la construcción ya muestra limitaciones para los empleados con mayor antigüedad.
La situación del Instituto Provincial de los Aborígenes Santafesinos (IPAS) vuelve a poner en evidencia la deuda histórica y estructural del Estado con los pueblos originarios de Santa Fe.
En una provincia con reclamos urgentes de presencia estatal, el gobierno de Pullaro impulsa un masivo endeudamiento para obras públicas, mientras gran parte de la sociedad aplaude políticas que vacían al Estado. Una paradoja que se repite y nadie parece querer ver.