Prepagas: aumentos que asfixian a la clase media y colapsan la salud pública

Las cuotas de las prepagas en Argentina subirán entre un 1,6% y un 1,9% en agosto de 2025, superando en muchos casos la inflación de junio (1,6%), afectando a más de 7 millones de personas y empujando a miles hacia un sistema público de salud al borde del colapso.

Provincia de Santa Fe21/07/2025La Mecha EncendidaLa Mecha Encendida

Las empresas de medicina prepaga anunciaron nuevos incrementos en sus cuotas para agosto de 2025, con subas que oscilan entre el 1,6% y el 1,9%, según la compañía. Estas cifras, aunque menores a los aumentos desmedidos de 2024 (que alcanzaron un 220% anual), siguen superando en varios casos el Índice de Precios al Consumidor (IPC) de junio, que fue del 1,6% según el INDEC.

prepagas

 En lo que va del año, las prepagas acumulan un incremento de alrededor del 15,1%, mientras la inflación interanual se sitúa en 39,4%. Este desfasaje agrava la carga financiera para los hogares, especialmente para la clase media, que destina entre el 15% y el 30% de sus ingresos a la salud privada.

Aproximadamente 7 millones de personas en Argentina, cerca del 15% de la población, están afiliadas a una prepaga. Las cuotas, que para un plan económico superan los $200,000 mensuales y en planes premium como OSDE o Swiss Medical exceden los $400,000, se vuelven insostenibles para muchas familias. La desregulación impulsada por el DNU 70/2023 y la resolución 645/2025 permitió a las prepagas aplicar aumentos diferenciados por plan y región, pero esta libertad ha profundizado la crisis. Empresas como Accord Salud han aplicado subas de hasta 8,4% en meses recientes, muy por encima del IPC, dejando a los afiliados sin margen para absorber los costos.

El impacto de estos aumentos no se limita al bolsillo: miles de personas, incapaces de sostener las cuotas, están abandonando las prepagas y recurriendo al sistema público de salud. Hospitales y centros de atención primaria reportan un aumento del 20% en la demanda desde principios de 2025, según estimaciones de gremios de la salud. Este flujo masivo tensiona un sistema ya desbordado, con listas de espera que superan los tres meses para especialidades como cardiología o traumatología, y una carencia crónica de insumos y personal. En provincias como Santa Fe, los hospitales públicos enfrentan un colapso silencioso, con guardias saturadas y profesionales que trabajan bajo condiciones de precariedad. Las justificaciones de las prepagas, que apuntan a los costos crecientes de insumos médicos y honorarios, contrastan con las paritarias del sector salud, limitadas a un 1,5% mensual por el gobierno, mientras los trabajadores reclaman al menos un 3%.

La Superintendencia de Servicios de Salud lanzó una plataforma para comparar planes, pero su alcance limitado y la falta de regulación efectiva no resuelven el problema de fondo. Mientras las prepagas priorizan ganancias, el sistema público absorbe el costo humano de una salud privatizada, dejando en evidencia la desigualdad estructural del acceso a la atención médica.

Cierre crítico
Los aumentos de las prepagas no solo asfixian a la clase media, sino que trasladan la crisis al sistema público, donde millones de personas buscan atención en hospitales desbordados. Siete millones de afiliados enfrentan cuotas impagables, mientras el Estado mira para otro lado, incapaz de garantizar la salud como derecho universal. La saturación de la salud pública es el reflejo de un modelo que prioriza el lucro sobre la vida. La lucha por un sistema de salud equitativo y accesible sigue siendo una bandera que no podemos bajar.

Te puede interesar
Lo más visto