
Evángelicos y otros Credos. Algunas Historias para Contar
Políticas y credos siempre estuvieron en disputa de poder. Seis capítulos para pensar en clave de coyuntura algunas historias que están pasando en nuestros tiempos
Mientras preparo la columna de tecnología, me replanteo la sociedad en la que estamos sumergidos, donde registramos todo con el celular desde que nos levantamos hasta que nos vamos a dormir. El mensaje de ser tu propio jefe y administrar tu tiempo genera una pregunta que intento despejar en las siguientes líneas.
Editoriales - #NuestraMirada28/09/2020 Mariano Quiroga¿Dejamos algo librado al azar o cada vez somos más tecnodependientes? ...
Hacete un lugar en la agenda y tomate 5 minutos para leer esta nota.
Empiezo a planificar la columna de tecnología el lunes, con fecha límite de entrega para el jueves. Ese día a la mañana suena la alarma que me indica que debo tener terminada la nota, para entregársela a los medios que se ofrecieron a publicarla. Los cuales están agrupados en una lista de difusión de Whatsapp, el día indicado escribo un mensaje genérico y envío el Word junto con un archivo MP3.
Está todo fríamente calculado, porque en el mundo en el que corremos no podemos perder tiempo. En internet abundan técnicas que te enseñan a administrar las 24 horas de cada día. En la Play Store se encuentran aplicaciones que te ayudan a tener todo anotado, Asana y Trello son las más conocidas. Ese famoso fichaje que se hacía antes de ingresar a la fábrica u oficina, hoy se hace todos los días y en todo momento. Se llama trackeo del tiempo, es una de las características de esta sociedad 2.0.
Una sociedad hiperdigitalizada que está pariendo lo que los sociólogos denominan, el "Yo Neoliberal", un sujeto autónomo que lejos de ser parte de un colectivo social piensa en la consagración como sujeto de manera individual. Un ser que toma sus propias decisiones, que se autoadministra el tiempo y que dice: "A este país se lo saca adelante trabajando y a mí nadie me regaló nada".
En 1936 el genial Carlitos Chaplin protagonizó la película "Tiempos Modernos". El film reflejaba la era de las máquinas, donde el obrero terminaba siendo parte del engranaje, era una pieza más de la maquinaria capitalista. Hoy este hombre 2.0 no está exento de ser absorbido por la máquina; pero a diferencia de aquel, hoy al tipo le están haciendo creer que él puede ser su propio jefe, le están borrando los límites de tiempo de la cabeza, estamos sumergiéndonos en una sociedad con horarios más flexibles, un modo online 24x7.
Hoy gestionar el tiempo hasta parece divertido, tenés aplicaciones que lo toman como un juego donde si cumplís objetivos podés recibir recompensas. La APP "Forest", por ejemplo, es un bosquecito donde a medida que vas avanzando podés ir cosechando frutos, pero todo ésto así tan lindo que parece, esconde un gran desgaste ya que sos vos y tus tareas diarias la que permiten verte triunfando en la vida como en el juego.
Todo anotado en lo laboral y en lo personal, nada librado al azar, cada paso que damos el celular lo registra y así podemos saber qué hicimos y qué nos faltó hacer, también podemos saber qué comimos, cuánto caminamos por día y cuántas horas dormimos. En cada paso que damos está ese SuperYo digital que nos indica si estamos haciendo algo productivo o no. En este instante me acuerdo de la frase de Julio Cortázar sobre el reloj "cuando te regalan un reloj te regalan un pequeño infierno florido, una cadena de rosas, un calabozo de aire". En este siglo XXI ese rol lo cumple el celular.
Esa productividad está atada a un discurso de superación personal, donde se exponen modelos de vida de tipos exitosos, millonarios, personas que supuestamente triunfaron en la vida siendo sus propios jefes. Esos libros se venden de a millones en todo el mundo, son los más vendidos en Amazon. Ahí va la gente a cumplir el nuevo sueño americano: el confort de vivir administrando tu tiempo y trabajando en tu emprendimiento, porque si ellos pudieron, vos también podés.
O como dicen los exponentes de ese relato meritocrático, "sí se puede".
Ojo, no estoy diciendo que esté mal ser organizados, poder establecer objetivos y alcanzarlos es gratificante, pero no debemos olvidarnos del factor humano. Dejar que la vida nos sorprenda, no castigarnos si nos corremos de la agenda, lo que no se pudo hacer hoy, se puede hacer mañana. Las cosas más hermosas son las imprevistas, no darle lugar al yo neoliberal y recordar que nadie se salva solo.
No se puede registrar todo y depender de que el celular nos avise hasta del cumpleaños de nuestros seres queridos. Vamos camino a una sociedad donde anulamos la libre elección de hacer lo que queremos sin depender del tiempo, chequeamos el celular mientras miramos una película, estamos todo el tiempo conectado porque tememos perdernos de algo cuando en realidad de lo que nos estamos perdiendo es de vivir la vida.
Termino esta columna a las apuradas, es jueves a la noche y no llego. Nadie me obliga a entregarla, sólo yo y esta locura de querer ser mi propio jefe. Mis exigencias demasiado altas para ser parte de este mundo, seguramente ni me tome el tiempo de disfrutar el haber conseguido un objetivo. Porque el mundo sigue girando y el celular está ahí para avisarme que mañana tengo más cosas para hacer.
Políticas y credos siempre estuvieron en disputa de poder. Seis capítulos para pensar en clave de coyuntura algunas historias que están pasando en nuestros tiempos
El ciclo se repite: deuda, ajuste y exclusión. Esta vez, sin eufemismos ni promesas: la crueldad se volvió doctrina. Pero en el dolor también hay señales de reacción. Frente al cinismo, una pregunta ética: ¿qué vamos a hacer nosotros?
Por estos días en que las calles huelen a gas lacrimógeno y los precios cambian más rápido que las indicaciones de JP Morgan, se cumple cincuenta y un años de la muerte de Juan Domingo Perón.
Los 20 de junio el almanaque nos invita a pensar a Manuel Belgrano como creador de la bandera. Y está bien. Pero hay un Belgrano menos repetido, menos cómodo, más necesario en estos tiempos: el Belgrano perseguido, juzgado sin pruebas, acusado por razones políticas
Hay fechas que no se olvidan. Y no porque las conmemore el calendario oficial, sino porque el dolor, la traición o la sangre las vuelven imborrables.
La condena a Cristina Fernández de Kirchner (CFK) y su consecuente proscripción política no son sólo hechos judiciales, son actos profundamente políticos, que deben ser leídos en el marco de un deterioro institucional más amplio. No es exagerado decir que estamos ante una ruptura constitucional. Por el contrario: lo grave sería no advertirlo.
La demonización de Cristina Fernández no es solo un ataque político: es una estrategia para ocultar lo que ella encarnó y lo que muchos todavía recordamos como un tiempo de dignidad. No se trata de ella. Se trata de nosotros. Y de lo que estamos dispuestos a defender.
El Ministerio de Justicia de la Nación anunció oficialmente que, en el marco de la implementación del nuevo Código Procesal Penal Federal previsto para el 11 de agosto en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, se pondrá a disposición de los fiscales federales un edificio de más de 5.000 metros cuadrados ubicado en el predio de la ex ESMA.
Ni los 50 millones de dólares que habría puesto el Gobierno en la rueda a la vista alcanzaron para frenar la corrida en el mercado de futuros.
Este lunes vence el plazo de un año que el Congreso le otorgó al Poder Ejecutivo para gobernar con facultades extraordinarias a través de la Ley Bases. En la práctica, fue una cesión de poder político inédita desde el retorno de la democracia.
La historia que nos cuentan no representa a los de abajo, sino a quienes controlan la narrativa. Recordar este acto es reivindicar la lucha por una soberanía real, económica y popular.
El pasado 9 de julio de 2025, miles de personas se congregaron en el Parque Lezama, en el barrio porteño de San Telmo, para participar de un festival cultural organizado por el colectivo "Argentina con Cristina" en el marco del Día de la Independencia.
Políticas y credos siempre estuvieron en disputa de poder. Seis capítulos para pensar en clave de coyuntura algunas historias que están pasando en nuestros tiempos