Cierre Industrial de Whirlpool en Argentina: 220 Familias en la Calle por Caída del Consumo

El gigante de electrodomésticos Whirlpool ha anunciado el cierre definitivo de su planta de producción de lavarropas ubicada en el Parque Industrial de Fátima, en Pilar, Provincia de Buenos Aires.

Nacionales27/11/2025La Mecha EncendidaLa Mecha Encendida

El gigante de electrodomésticos Whirlpool ha anunciado el cierre definitivo de su planta de producción de lavarropas ubicada en el Parque Industrial de Fátima, en Pilar, Provincia de Buenos Aires. La decisión, comunicada de forma sorpresiva a sus 220 trabajadores, implica el fin de la actividad industrial de la compañía en el país, dejando a todo el personal de la fábrica desvinculado de sus tareas. Aunque Whirlpool mantendrá su oficina comercial, de distribución y servicio técnico, la multinacional pasará a operar exclusivamente bajo un esquema de importación.

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La noticia del cierre, que impactó a operarios, personal de ingeniería y control de calidad, se produce apenas tres años después de la inauguración de la planta, un proyecto que había demandado una inversión de 52 millones de dólares en 2022 y que se había presentado como un símbolo de la apuesta productiva en el país. El objetivo inicial era ambicioso: alcanzar una producción anual de 300.000 lavarropas y destinar un 70\% a la exportación. Sin embargo, fuentes de la compañía y comunicados al mercado han atribuido esta drástica medida a una combinación de factores económicos que hicieron inviable la producción local.

Entre las razones citadas por la empresa se destaca un "contexto de fuerte desaceleración del consumo" interno y un "aumento significativo de las importaciones". La fábrica había visto cómo su volumen de producción caía de un pico de 500-600 lavarropas diarios a cerca de 400 unidades en las últimas semanas, un claro indicio de la baja en la demanda. A esto se sumó la dificultad de competir en costos, ya que el producto nacional de la marca duplicaba en precio a su competencia importada de origen asiático. El resultado es un giro estructural en el modelo de negocio, priorizando la importación directa desde sus centros de producción en Brasil o China.

La desvinculación masiva fue notificada al personal en lo que fue su último día de trabajo, generando incertidumbre en 220 familias. Los directivos de la filial local se encuentran ahora en negociaciones con el gremio de la UOM para definir un paquete de salida que, según trascendió, incluiría la indemnización legal correspondiente más un plus adicional. Aunque la marca subraya que sus actividades de importación y comercialización, en las que se mantendría un centenar de empleados, no se verán afectadas y continuarán abasteciendo al mercado, el cierre de la planta de Pilar marca un doloroso fin para un proyecto industrial que no logró superar las presiones de un entorno económico adverso y una competencia externa creciente.

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