Las armas del pueblo frente al delito organizado

La salvajada no admite metáfora: se dice a sí misma sin necesidad de adjetivar o alcanzar el mérito de formular agudas comparaciones.
Desde sus primeras apariciones públicas junto a su padre Franco en el programa de Neustadt y Grondona allá por comienzos de los ’90 para avalar las políticas de desmantelamiento del Estado, endeudamiento externo, destrucción del aparato productivo y, por consiguiente, del empleo y del poder adquisitivo del mismo, jamás se refirió al “trabajo” como un “derecho”, sino siempre como un “costo” que debía ser bajado.
Así de simple.

Desde el comienzo de su aparición pública como integrante de “la patria contratista” (tal cual se auto-definió en “Tiempo Nuevo”) sintió la impunidad que le otorgaban los medios para exponer sin tapujos las ideas que empobrecerían a las grandes mayorías que años más tarde avalarían con sus votos la degradación de sus condiciones de vida.

Ése es Macri.

Y sigue siéndolo.

Con la salvedad de que su poder alcanzó acceder a las estructuras del Estado desde que decidió ser parte de las opciones políticas que lo llevaron a la Cámara de Diputados, el gobierno de la CABA y, desde allí, conformar una estructura nacional (con aliados como la "orga" de la Franja Morada que hizo trizas la historia de la UCR para acompañar lo que desde su origen combatió y la inefable Elisa Carrió y su Coalición Cívica, entre otros) que le permitió hacerse en 2015 del Poder Ejecutivo Nacional.

Desde allí urdió y ejecutó lo que siempre supimos haría, utilizando las herramientas del Estado para favorecer los intereses que representa entre familiares, amigos y aliados.
Para lograrlo, no dudó en recrear las prácticas que ya había desarrollado para resolver “problemas” familiares (espionaje, escuchas clandestinas, secuestros, extorsión) cuando aún no era parte de la disputa pública y luego perfeccionó usando en beneficio propio los instrumentos de los que el Estado dispone para evitar, precisamente, las prácticas que efectuó.

Muchos se ofenden cuando se dice: “Macri es la Dictadura” porque consideran que es incorrecto atribuirle características dictatoriales a quien llegó al gobierno con el aval de los votos en elecciones libres y democráticas, lo cual es cierto.

Tanto, como que su familia fue parte de los grupos “empresarios” que crecieron exponencialmente durante la dictadura cívico-militar al licuársele la deuda que habían contraído en forma privada gracias a los oficios de Cavallo como Presidente del BCRA que en 1982 estatizó la deuda privada sin ningún tipo de inventario ni justificativos que no sean el de hacerle pagar al pueblo lo que se robaron unos cuantos maleantes y fascinerosos mal perfumados y “bien” vestidos.
El acceso a contratos con el Estado fue siempre su botín de guerra. Eso que los distinguió con el mote de “la patria contratista” que investigó y describió Majul en sus libros “Los dueños de la Argentina I y II”.

Al ganar las elecciones en 2007, por primera vez, estuvieron de los dos lados del mostrador.
Ni qué decir cómo extendieron su jurisdicción en 2015!!!
Desde ese momento dejaron de necesitar de molestos “intermediarios”.

Y decidieron ralearlos.

El método elegido fue el que siempre se supo y es hoy público a partir de la aparición del video en el que el Ministro de Trabajo de Vidal, un tal Marcelo Villegas, expresa su deseo de crear una “Gestapo” para erradicar “molestos” dirigentes sindicales.

La asociación ilícita es casi siempre imposible de probar porque necesita se demuestre lo que con claridad y nitidez se percibe en el video que da cuenta de una reunión formalizada en el séptimo piso del edificio del Banco Provincia de Bs As y que fuera realizada para construir pruebas que incriminen a dirigentes sindicales con el concurso y participación necesaria e indispensable de jueces y fiscales federales, autoridades del poder ejecutivo de la nación y provincia de Bs As (el ministro de Trabajo y el de Infraestructura y el sub-secretario de Justicia de Bs As), integrantes de la AFI nacional (el director de Asuntos Jurídicos, el Jefe de Gabinete de Magdalani y el Director de Operaciones de Inteligencia de ese organismo), empresarios (el titular de la Cámara de la Construcción y el presidente del Colegio de Arquitectos de La Plata), además del intendente de la capital provincial (Garro) y el senador provincial Allan.

Observar y escuchar el video nos exime de comentarios.

Tal cual manifestó Carlos Rozanski: “Es la primera vez que se tiene un documento fílmico sobre un plan criminal de persecución política. Si sus autores quedan impunes, nos podemos quedar sin democracia”.
La escucha y persecución de dirigentes oficialistas y opositores, gremiales y empresarios, religiosos y sociales ha sido corroborada por los mismos socios políticos de Macri: tanto Larreta como Vidal se han constituido como querellantes en las causas que investigan las razones por las cuales fueron “espiados” ilegalmente.

Lo que es incomprensible es que sigan tributando con su silencio a quien ha violado derechos tan elementales.

Una respuesta posible es el efecto disciplinador que tiene la difusión de este video.
Se ha escuchado existen horas de grabaciones aún por desencriptar.
Y muchos se preguntan: ¿estaré yo en alguno de esos videos?
De ser así: ¿qué habré dicho o hecho?

Otra respuesta posible a tremendos grados de tolerancia a ese delito es el miedo y la certeza de saber existen grabaciones que los incriminan en hechos que no podrían negar.
La extorsión como método es algo que saben tanto Rodríguez Larreta como Vidal y fuera denunciado en su carta por Favaloro a quien no le pagaron lo que el PAMI le debía porque no quiso “ensobrarlos” como se lo solicitaron al ocupar los cargos que le permitieron hacerlo durante el gobierno de De La Rúa.

Por eso no denuncian lo que debiera indignarlos: porque son parte del juego que juegan aquéllos que necesitan de la impunidad para alzarse con el botín endosándole las deudas que generan a un pueblo desarmado.
Hoy el pueblo tiene armas.

El video que se conoció hace tres días es la prueba más contundente e irrebatible de lo que se da en conocer legalmente como “asociación ilícita”.
Quien no lo admita, se niega a reconocer lo evidente.
Quienes se nieguen a reconocer este probado delito no son demócratas ni republicanos.
Sólo socios desclasados del desfalco organizado.

Lo que a Rodolfo Walsh le llevó años de investigaciones que le permitieron ingresar en procesos personales que le hicieron inevitable modificar posturas iniciales (como ocurrió con la investigación que devino en “Operación Masacre”), hoy está -con este video- al alcance de todos la posibilidad de defendernos de los fascinerosos y delincuentes.

Y junto a él podemos invocarlo para decir:
“Rompa el aislamiento. Vuelva a sentir la satisfacción moral de un acto de libertad. Derrote el terror. Haga circular esta información”.
Difunda este video.
Hágalo circular.
Rompa el cerco mediático.

Hoy, como siempre, es tiempo de hacernos cargo.