La disputa electoral en Buenos Aires: polarización en la provincia y fragmentación en la Ciudad

Con el calendario ya en marcha, la oferta electoral en los dos distritos más importantes del país muestra escenarios distintos: en la provincia de Buenos Aires el duelo central enfrenta al oficialismo nacional contra el peronismo unido, mientras que en la Ciudad la competencia se abre en múltiples frentes.

Nacionales06/09/2025La Mecha EncendidaLa Mecha Encendida

En territorio bonaerense, donde se votó el pasado 7 de septiembre con el sistema tradicional de boleta partidaria, la campaña se concentró en dos polos. De un lado, la alianza entre La Libertad Avanza y el PRO, con Javier Milei y Mauricio Macri como principales referentes, que apuesta a capitalizar la gestión nacional.

Del otro, el frente Fuerza Patria, que reunió al Frente Renovador, el espacio de Axel Kicillof y distintas vertientes justicialistas, decidido a resistir el avance libertario en su bastión histórico. Como alternativa, irrumpió Somos Buenos Aires, una coalición de sectores radicales, socialistas y peronistas disidentes que intenta abrir un camino propio en un tablero dominado por la polarización.

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En la Ciudad de Buenos Aires, donde la votación se realizó en mayo con boleta única electrónica, la disputa no se redujo a dos fuerzas, sino que exhibe una fragmentación mucho mayor. El oficialismo porteño se presentó bajo la marca Buenos Aires Primero, con Silvia Lospennato a la cabeza.

Desde el peronismo, Leandro Santoro impulsó la lista Es Ahora Buenos Aires, con un discurso centrado en seguridad y acceso a la vivienda. Horacio Rodríguez Larreta, distanciado del PRO, regresó con la alianza Volvamos Buenos Aires junto a Graciela Ocaña, mientras que el radicalismo apostó a Evolución, con Lucille Levy. A su vez, la izquierda, los libertarios y otras expresiones menores completaron un escenario en el que ningún bloque parece dispuesto a ceder terreno.

La campaña transcurre en un clima de alta tensión política. En la provincia, Milei busca consolidar su fuerza en un territorio decisivo, mientras el peronismo confía en el descontento social para recuperar centralidad.

En la Ciudad, en cambio, la batalla se libra en un tablero más atomizado, con múltiples candidatos disputando la conducción de la oposición porteña. El resultado de ambos comicios será clave para medir el equilibrio de fuerzas de cara a las elecciones legislativas nacionales de octubre.

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