Bill and Ted, el futuro es pasar la posta.

Volvieron Bill and Ted, y tal vez sea lo mejor de este año turbulento, la nueva película de los personajes interpretados por Alex Winter y Keanu Reeves es nostálgica y descontracturada. Una comedia que trae personajes nuevos como las hijas de Bill y Ted, interpretadas por Samara Weaving (Thea) y Briggete Lundy-Paine (Billie), y personajes conocidos como La Muerte, un siempre funcional William Sadler. En el guion vemos nuevamente a los creadores de esta trilogía desfachatada, Chris Matheson y Ed Solomon, detrás de cámara un excelente tiempiesta de la comedia como Dean Parisot (Galaxy Quest y Fun Whit Dick and Jane). Todos estos elementos juntos hacen de esta comedia un momento agradable para sentarse en el sillón con un balde de pochoclos y reírse un buen rato de las aventuras de nuestros ya “maduros” amigos, Los Sementales Salvajes (The Wyld Stallyns).

Esta película completa la trilogía de los músicos que salvaran al universo, que comenzó en 1989, con Bill and Ted’s Excellent Adventure y continuo en 1991 con Bill and Ted Bogus Journey, ahora finaliza en Bill and Ted Face The Music. Los muchachos otra vez tienen que viajar en el tiempo, con la premisa de hacer la canción que unirá al mundo y así salvar el espacio-tiempo del universo. Este final nos trae una sorpresa, la famosa profecía de Rufus (George Carlin) en los dos films anteriores, solo nos indicaba que Preston y Logan serian los que compondrían la canción para salvar el día, adelantare eso solamente.

Recomiendo antes de ver esta peli, volver a ver los otros dos films, para entrar en ambiente y conocer en profundidad la trama. Las aventuras se dividen en dos en esta entrega, por un lado tenemos a Bill and Ted viajando en el tiempo tratando de encontrar la canción que unirá al mundo y en lo posible arreglar su matrimonio con las princesas, y por el otro a Billie y Thea viajando también entre épocas para juntar la mejor banda de todos los tiempos para sus padres, yendo desde Jimi Hendrix hasta Mozart pasando por las épocas de las cavernas para buscar a una súper baterista. Winter y Reeves son más que nunca Bill and Ted, pero el gran acierto de esta película son Weaving y Lundy-Paine como las hijas del dúo dinámico, encarnan la versión femenina de los personajes, pero no solo eso, también los parodian. Siempre optimistas, desfachatadas y cooles, las chicas imprimen su propio sello en la música. Pero lo que nunca olvidan es de donde vienen, son megalómanas como sus padres y parte de la nostalgia no solo está en el hecho de volver a ver estos personajes en la pantalla, sino también en el traspaso de la cultura musical de una generación a otra.

Debo decir que parte de la música que me gusta en gran medida es gracias a mi viejo, Don Mario, fueron sus discos de vinilo (Pink Floyd, AC/DC, Metallica, Genesis, etc) los que me inculcaron el gusto por la distorsión y el a todo volumen, los cassettes grabados de la radio para escuchar lo último que pasaban en la misma, los hits de Guns n´ Roses, Nirvana, Phil Collins, Yes, etc. Todo eso aun retumba en mi cráneo como el niño que era a principios de la década del 90, saltando en la cama al ritmo de Kiss o Queen los sábados por la mañana. Esa es la nostalgia y la emotividad que va construyendo el film, tal vez de manera edulcorada pero no menos efectiva, llegando al climax al final de la película. Cuando ya establecimos el sentimiento nos saltamos a la función, y la función de Bill and Ted es pasar la posta, transmitir la pasión por la música y cierta forma de ver la vida. Claro está que las muchachas le imprimen su propio espíritu.

La principal crítica a la trilogía durante todos estos años, 29 años desde la última, ha sido la falta de lógica y la torpeza en su narración o argumento, que para mi es el sello de este film. Una película que se auto parodia constantemente, principalmente en la segunda y tercera entrega, tal vez no sea una obra maestra pero una vez derribado los prejuicios solo nos queda disfrutar del ridículo y lo delirante de la película.

Un cierre más que digno para una trilogía que nos remonta a esos sábados a la mañana escuchando música a todo volumen. Con un espíritu optimista, un futuro donde el arte salva al mundo y no los políticos (tal vez la utopía) y que lo mejor que pueden hacer los viejos o nuestros padres y madres es pasar la posta.

Sean excelente con los otros y vamos de fiesta vieja! ( Be excelent to each other and party on, dudes!) Bill and Ted Dixit.